La economía española ha registrado un crecimiento del 3,2% en 2024, superando ampliamente las previsiones iniciales y consolidándose como el país con mayor crecimiento dentro de la eurozona, donde la media se situó en un 0,8%.

Sin embargo, las proyecciones para 2025 apuntan a una desaceleración hasta el 2%, según el informe presentado en la IV Edición del Outlook Económico: España, Portugal y la Unión Europea, elaborado por la Cámara de Comercio e Industria Hispano-Portuguesa en colaboración con Banco Santander y Abanca.

Factores que impulsaron el crecimiento en 2024

El análisis destaca cuatro motores clave del crecimiento económico español durante 2024:

• Turismo: Un incremento del 10% respecto a 2023, consolidando el sector como pilar fundamental de la economía.
• Inmigración: La llegada de población extranjera ha tenido un impacto positivo en el mercado laboral y el saldo vegetativo.
• Sector exterior: Las exportaciones han contribuido significativamente al dinamismo económico.
• Aumento del gasto público: Representando el 19,6% del PIB, ha sido un factor clave en la expansión económica.

Durante la inauguración del evento, Coro López-Barrón, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Hispano-Portuguesa, destacó la importancia de establecer un espacio de análisis económico entre España y Portugal.

Por su parte, Pedro Veiga, director general de planificación estratégica de Abanca, subrayó que el crecimiento español ha duplicado las previsiones iniciales, superando ampliamente el 1,5% proyectado inicialmente.

Perspectivas económicas para España en 2025

A pesar del desempeño positivo en 2024, el informe anticipa un crecimiento más moderado del 2% en 2025, condicionado por diversos factores estructurales. Según Veiga, entre los principales desafíos que deberá sortear la economía española se encuentran:

• Crisis en el mercado inmobiliario, con dificultades en el acceso a la vivienda.
• Elevada tasa de desempleo, que sigue siendo un reto estructural.
• Estancamiento de la productividad, que limita el crecimiento sostenible a largo plazo.

Portugal: crecimiento moderado con resiliencia económica

El informe también analiza la evolución económica de Portugal, proyectando un crecimiento del 1,6% en 2024, por debajo de su potencial. No obstante, el país destaca por su diversificación económica y la estabilidad de su mercado laboral.

Según Esther Cases, economista senior de Banco Santander, la economía portuguesa se caracteriza por:

• Alta productividad del trabajo, que refuerza la estabilidad del empleo.
• Compromiso con la inversión pública, impulsando sectores estratégicos.
• Disciplina fiscal, con una firme apuesta por la consolidación de las cuentas públicas.

Este enfoque permite a Portugal posicionarse con mayor resiliencia ante posibles incertidumbres económicas y geopolíticas.

El panorama económico europeo: incertidumbre y transformación

A nivel europeo, el informe prevé un “aterrizaje suave”, evitando la recesión, aunque la incertidumbre geopolítica sigue condicionando las perspectivas para 2025. Concepción Sanz, directora del servicio de Banco Santander, advirtió que el contexto global exige un mayor impulso en inversiones, digitalización y modernización industrial para garantizar un crecimiento sostenido.

En su análisis, Sanz destacó que en 2024 se produjo un cambio de dinámica en la eurozona, con el sur de Europa liderando el crecimiento, una posición que tradicionalmente correspondía a los países del norte. En este sentido, señaló que los ajustes fiscales y las políticas económicas están provocando un reajuste en varias economías, como en el caso de Francia, donde las medidas han sido menos restrictivas.

“Para asegurar un crecimiento sostenible en este contexto, es fundamental acelerar las inversiones estratégicas, impulsar la transformación digital y modernizar la industria, tal como lo plantea el informe Draghi”, concluyó Sanz.

España mantiene un crecimiento sólido, pero enfrenta desafíos estructurales en 2025

El informe confirma que España ha liderado el crecimiento económico de la eurozona en 2024, impulsado por el turismo, la inmigración y el gasto público. Sin embargo, la proyección para 2025 apunta a una desaceleración al 2%, con desafíos clave en el mercado laboral, la productividad y la vivienda.

En el contexto europeo, la incertidumbre geopolítica sigue marcando el rumbo de la economía, lo que exige una apuesta decidida por la digitalización, la modernización industrial y el fortalecimiento de la inversión pública y privada.

Con una estrategia adecuada, España y Portugal pueden seguir consolidando su posición en la eurozona, reforzando su estabilidad y competitividad en un entorno global en transformación.